La
primera idea que me impactó, fue que los jugadores de la NBA se dopaban. La
verdad es que yo no tenía ni idea de
esto. Por ello, me surgió la siguiente duda: ¿Si todos se dopan, entonces es
injusto doparse? Lo que es lógico es que si todo el mundo se dopa, ¿por qué no
voy a hacerlo yo? No sería injusto doparse, ya que lo hacen todos los
jugadores. A mí no me pueden calificar de tramposo si me dopo, ya que les diría
que ellos también se dopan. Por ello, no es ílicito.
La
segunda idea se resumiría como la del causante del dopaje. Cuando uno se para a
pensar acerca de qué es lo que lo provoca, uno puede decir
que es ambición. Pero, ¿qué causa esa ambición? No es lo mismo ganar el Tour de
Francia que un torneo de pin-pon. Sin embargo, ¿por qué no es lo mismo? Por su reconocimiento
público. Entonces, si el que causa la ambición es el reconocimiento, ¿qué causa
el reconocimiento? La respuesta es bien sencilla: nosotros. Nosotros le damos
esa importancia al Tour de Francia, queremos espectáculo, y por ello, la gente
se dopa.
Es cierto. Acabo de decir que el causante del
dopaje en el mundo es el público, es decir, nosotros. ¿Por qué Amstrong se
dopa? Porque desea ganar el Tour de Francia a toda costa, para ser reconocido
públicamente, para que todos le adoren. Porque ganar el Tour significa prestigio,
pero no uno cualquiera, sino el prestigio social.
Para que veamos que el deporte se está llevando
a extremos más allá de lo que en realidad es, de un mero entretenimiento:
"Hay jugadores fuertes y buenas personas. Yo soy un jugador fuerte." Bobby Fischer
"Hay jugadores fuertes y buenas personas. Yo soy un jugador fuerte." Bobby Fischer
Jose O
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